miércoles, 15 de febrero de 2012

Tema número 3: ¿Palabra de Dios o palabra de humano?

Tema número 3: ¿Palabra de Dios o palabra de humano?
Objetivo:                   "Tomar conciencia que la Biblia está inspirada en su totalidad por
el Espíritu Santo y escrita por el hombre respetando todas sus facultades".
·        La mayoría de los católicos no nos hemos preocupado ni ocupado por nuestra
formación: no sabemos dar razón de nuestra fe.

·        Nuestra ignorancia permite que nos impacten e influyan todo lo que los medios
de comunicación o los integrantes de sectas o incluso los mismos que se dicen
"católicos" hacen en referencia a Dios, a la Sagrada Escritura, a la Iglesia.
·        A veces "nos nace" saber qué dice la Biblia pero pretendemos leerla como si
fuera un libro cualquiera y terminamos no entendiendo nada.
100% PALABRA DE DIOS:
¿Quién nos dice que es Palabra de Dios? ¿Cómo podemos estar seguros de ello?
Nosotros los católicos creemos que es Palabra de Dios por un acto de fe en nuestra
Iglesia Católica.


"..Y  Yo pediré al Padre y les dará otro Paráclito para que esté con ustedes para siempre, el
Espíritu de la verdad,
a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero
ustedes lo conocen, porque mora con ustedes
y en ustedes esté".
(Jn 14, 16-17)
                                                                                                                                                                                   
¿Qué pasa si alguien viene y nos dice que Dios le ha iluminado y que ha escrito o
encontrado un libro que también es Palabra de Dios? Con el respeto que nos
merece la persona, nos reservaríamos el derecho de creerlo. Solamente la Iglesia es
la que puede
avalarlo.
Los católicos creemos que la Biblia .contiene la Palabra de Dios haciendo un acto de fe
en lo que nos dice el Magisterio de nuestra Iglesia, es decir el Papa y los Obispos
cuando por su autoridad, ejercen el ministerio de guiamos y enseñamos. Ese es
nuestro único argumento.
Cada libro, cada Capítulo, cada Versículo está inspirado por Dios y esto, para
nosotros los católicos, es un dogma de fe.
¿Qué quiere decir "dogma"? El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña:
"El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define
dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión
irrevocable de la fe, verdades contenidas en la Revelación divina
o verdades que tienen con
éstas un vinculo necesario. Los dogmas son luces en el camino de nuestra fe, lo iluminan
y
lo
hacen seguro".
(CCE 88
y 90)  
Cuando la Iglesia habla no siempre es a título de "dogma". La Iglesia también opina,
hace sugerencias y nos ilumina en el camino.
Hablando de la inspiración de Dios en la Palabra, la Iglesia por medio de los
documentos del Concilio Vaticano II en la Constitución Dei Verbum (11) nos propone
de manera muy clara el Dogma de la Inspiración:
"La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo la
inspiración del Espíritu Santo. La santa madre Iglesia, fiel
a la fe de los Apóstoles, reconoce
que todos los libros del Antiguo
y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados
y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo (d Jn 20,31; 2 Tim 3,16; 2 Pe 1,
20-21. 3,15-16)
tiene a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia. En la
composición de los Libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas
sus facultades
y talentos, de este modo, obrando Dios en ellos y
por ellos, como verdaderos
autores, pusieron por escrito todo
y sólo lo que Dios quería.
Corno todo lo que afirman los hagiógrafos o autores inspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se
sigue que los Libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente
y
sin error la verdad que Dios
hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra. Por tanto, toda la Escritura, inspirada
por Dios,
es
útil para enseñar, reprender, corregir, instruir en la justicia, para que el hombre de Dios esté en forma, equipado para toda obra buena (2 Tim 3, 16-17).




En esta Etapa y en la siguiente nos acercaremos particularmente a la Biblia ... ¿En qué
sentido o de qué manera? Pues simplemente en el sentido de que es
Palabra de
Dios que quiso dejar
su mensaje por escrito porque sabía que somos
tan
frágiles
y tan "creativos" que, si todo aquello que El nos quería comunicar hubiera
sido transmitido de "boca en boca" a lo largo de los siglos, a estas alturas
ya no
parecería en nada al mensaje original.
Dios no quiso "exponerse" y eligió, mucho antes de enviamos a su Hijo, a algunos
hombres para que, inspirados por el Espíritu Santo, pusieran por escrito lo que Él
quería decir. La Biblia contiene la revelación pública de Dios.
¿A qué llamamos "Revelación de Dios"? Al diálogo que Dios ha entablado con los
seres humanos a lo largo de la historia para decimos quién es Él, cómo es Él
y
qué
espera de nosotros.
¿Cómo "surgieron" los Libros de la Biblia?
Al principio no había nada escrito. El mensaje era transmitido verbalmente de
generación en generación: Tradición Oral.
Los escritos surgieron para asegurarse, como ya dijimos, que las futuras generaciones
conociéramos el amor de Dios y a la vez transmitiéramos su mensaje de salvación.
¿Quién hizo esta colección?
A partir del año 400 d.C. con San Jerónimo, se establece el Canon, es decir se define
cuáles son los libros que se deben considerar como inspirados por Dios.
Los 73 libros que contiene nuestra Biblia son reconocidos de manera oficial a partir del
Concilio de Trento
(1546 d.C.) en el cual se estableció el Canon definitivo de la
Biblia, de acuerdo con la versión latina de San Jerónimo (La Vulgata).
¿Cómo hicieron esto? Seleccionando, con la iluminación del Espíritu Santo, aquellos
que, por su contenido, contribuyen al mensaje de salvación.
A partir de entonces la Iglesia católica romana denominó libros protocanónicos a
aquellos sobre los que no hubo controversia (Martín Lutero en su traducción el
alemán de la Biblia había excluido varios de ellos
y los llamó apócrifos, que quiere
decir secretos o prohibidos, por su profundidad o complejidad; o pseudoepígrafos,
es decir falsamente atribuidos a autores
y personajes bíblicos) y deuterocanónicos (griego deuteros - segundo y canon - regla), los que fueron
incorporados después al canon oficial proclamado en el concilio tridentino, sin que
el adjetivo indique que los textos son de segundo orden.
Los Libros Deuterocanónicos del A.T. son: Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría,
Eclesiástico o Sirácida, 1
y 2 de Macabeos y las adiciones griegas a los textos de
Daniel
y Ester.
Si algún día el Espíritu Santo inspirara a la Iglesia a reconocer otro Libro como
Sagrado, no habría el menor problema ya que es la Iglesia misma quien ha hecho
y avalado esta colección.




jueves, 9 de febrero de 2012

Encuentro 3: semana de PROVOC

Encuentro 3: semana de PROVOC
EQUIPO 1 Y 2: LA VOCACION, NUESTRA VOCACION.


SINTESIS DE LA VENERABLE CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA, DESDE SU VOCACION Y MISION EN EL MUNDO Y LA IGLESIA.

Para nuestros tiempos es difícil descubrir a las personas que alcanzan a vivir su
vocación plenamente, tal, vez por el barullo de la civilización cibernética y por la violencia con
la que se vive, pero debemos reflexionar de cómo una mujer que vivía su vida cotidiana en el
mundo alcanza esta plenitud entretejiendo su vida seglar espiritual y mística de una manera
natural.
Concepción Cabrera de Armida nace un 8 de Diciembre de 1863 en la ciudad de San
Luís Potosí; Joven mexicana de mirada pura y transparente, más tarde madre de nueve hijos
y abuela de numerosa posteridad que pasó por la tierra con sencillez, y rodeada de su familia
y amistades incorporada a la vida cotidiana de su esfera social (alta), era una mujer como  las
demás. Ama a la Iglesia con pasión
y se ofrece por ella constantemente… Fundando
por
inspiración del Espíritu Santo "La Espiritualidad de la Cruz"
Un poco de su Historia:'
Su padre se llamaba Octaviano de Cabrera y su madre Clara Arias. Ella nos cuenta que
sus padres fueron excelentes cristianos. En la haciendas siempre su padre rezaba el rosario
con la familia, los peones
y la gente del campo.
Conchita describe a su Padre como un hombre serio y enérgico: "no le gustaban los
melindres" ante las dificultades hacía que sus hijos las vencieran
y
superaran. Conchita gusta
resaltar de su padre su gran generosidad con los pobres "no podía ver una necesidad sin
aliviarla.. Era de carácter alegre
y franco... También nos lo presenta responsable, trabajador y muy cercano a la familia... Le ayudé a bien morir y nos dio ejemplo de entereza.
Todos estos rasgos que Conchita nos presenta de su papá, ella los asimila
profundamente: es la mujer fuerte que no se amedrenta ante las dificultades. A los 39 años
queda viuda con ocho hijos; el mayor de
16 años. Y logra consolidar a su familia, dar buena
educación a sus hijos capacitándolos para que maduramente enfrenten la vida.
Nos dice Conchita de su madre que: Mi madre era una mujer enérgica, sacrificada, de
un sentido práctico admirable; nunca recuerdo que descuidara sus obligaciones. Era muy
responsable con sus deberes de estado, su sencillez en el vestir y tenía una auténtica
Valoración de los bienes terrenos. Conchita nos dice que ella fue su mejor amiga...                                             I
Mi madre infundió en mi alma el amor a la santísima Virgen y a la Eucaristía me quería
con predilección y sufrió mucho cuando me casé. Sin embargo me decía que mi marido era
excepcional que no todos los hombres eran como él.
Desde muy niña ya sentía en mi alma una grande inclinación a la oración, a la
penitencia y sobre todo a la Pureza. De mi madre aprendí el amor a la Eucaristía, cuando
podía nos llevaba a visitar al Santísimo expuesto. Por lo que yo le escribía a mi Jesús cartas muy
tiernas que le iba a leer al Sagrario.
De cosas de la casa mi madre me enseñó de todo, desde fregar los suelos hasta bordar;
y desde los doce años llevaba el gasto de la
casa. Nunca nos dejaba mi madre en la ociosidad
teniendo sobre esto un cuidado especial.
De jovencita a los 13 años me repugnaban los bailes pero ya vestida tenía que ir, ahí
conocí a Pancho, que no cesaba de echarme flores, me sacaban a bailar muchos hombres
¡qué vergüenza! No sé por qué les caía yo en gracia, sería por boba... conté 22 pretendientes
muchos ricos pero yo no quise más que a Pancho a ningún otro le hice caso.
En 1876 en un baile de familia se me declaró Pancho en toda forma y acto continuo le
correspondí. .. Yo nunca había oído de hablar de amores y voy escuchando que sufría si yo no lo
quería y que sería muy desgraciado si no le correspondía y cosas por el estilo que me dejaron
fría... Yo no me creía capaz de inspirar cariño.
A mí nunca me inquietó el noviazgo en el sentido de que impidiera ser menos de Dios
y se me hacía tan fácil juntar las dos cosas; el Amor a Jesús y el amor a quien iba a ser mi
esposo. Al acostarme siempre pensaba en Pancho y después en la Eucaristía que tomaría al
siguiente día.

En medio de todo este mar de vanidades y fiestas sentía mi alma un deseo vehemente
de hacer oración
Llegó el día en que fueron a pedirme, mi madre lloraba y mi padre me preguntó si
quería casarme con Pancho yo, le contesté que sí, porque yo quería a Pancho y aún que no
fuera rico lo prefería a todos los otros porque era muy bueno. A mí, repito, no me estorbaba el
cariño de Pancho para
AMAR a DIOS;
yo lo quería con una sencillez muy grande y como
envuelta con el amor de mi Jesús.
El día 8 de noviembre de 1884 me casé con Don Francisco Armida, y en el momento
del brindis le pedí dos cosas, que me prometió cumplirlas: que me dejara ir a COMULGAR
todos los días y que no fuera celoso.
Dentro de toda esta vida social y familiar en el alma de Conchita se fue gestando un
gran amor a Jesús a la Iglesia y a los hombres. La figura sacerdotal de su tío el Sr. Cura Don
Luís Gonzaga Arias influye definitivamente en su vida, desde jovencita para prepararla a tratar
con sencillez y respeto al sacerdote y a vivir
la misión que el Señor le tiene destinada a
su Iglesia a favor de los sacerdotes.
Casada y madre de familia, ama de casa. Con un marido muy puntual y algo celoso; no
podía aislarse para unos ejercicios espirituales de encierro. "Y concurría de entrar
y
salir
porque no podía dejar a mis niños... Corro a las pláticas, encuentro como puedo momentos de
silencio y de recogimiento
y regreso apresuradamente a la casa... Pero el Espíritu Santo obra donde quiere...                .
Es así como en el corazón de Conchita va a surgir, bajo el impulso irresistible del
Espíritu, una
llama apostólica
que pronto se extenderá a las dimensiones de la Iglesia
entera... En su sencillez
y
humildad no sospecha desde luego la amplitud de los designios de
Dios... Su mirada no va más allá del marco habitual de una mujer en su hogar.
Conchita nos dice: Un día en el que me preparaba con toda mi alma a lo que el Señor
quisiera de mí, en un momento escuché muy claro en el fondo de mi alma, sin poder dudarlo,
estas palabras que me asombraron
"TU MISIÓN ES LA DE SALVAR ALMAS"
Yo no
entendía cómo podía ser esto; me pareció tan raro
y
tan imposible... pensé que esto sería que
me sacrificara a favor de mi marido, hijos, criados. Hice mis propósitos muy claros y llenos de
fervor... Con este crecido incendio en el corazón el celo me devoraba y ansiaba compartir mi
dicha, con las enseñanzas sublimes que había aprendido.
Al contemplar a Conchita plenamente integrada en su mundo familiar y social, llena de
obligaciones de casa, de hijos, amistades, valoramos más la
interioridad de su
vida de unión con Dios a la que ella comparativamente llama la más pesada... Las páginas de lo que
ella escribe en relación de esta su vida del espíritu, nos hablan con mucha fuerza de su
caminar hacia la unión con Dios, meta, para todo cristiano, de la vida espiritual. En Vida ella
expresa algunas vivencias de este caminar en la obscuridad de la Fe, en muchos de sus
escritos descubren sus tempestades
y
luchas y que ella en su vivencia y en su mensaje ilumina
con mucha claridad lo que son las Virtudes, y el Amor - Dolor.
En sus visitas al Sagrario nos dice: "No me harto de estar con Él, crece cada día más y más, esta necesidad de mi alma. Lo amo con tan grande ternura, con tal intensidad"
Cada Hora renuevo a menudo todos mis actos, envueltos en amor, ofreciendo al Padre
 Eterno ESTE VERBO en acción de gracias por todos sus beneficios y en expiación de todos los
pecados del mundo.
           Bajo la mirada amorosa del PADRE, JESÚS, Maestro entrañable, le enseña el
camino para vivir dentro de su CORAZÓN. Libremente, María de la Concepción, le entrega su
VOLUNTAD, y SE DEJA HACER del Amor que ha sido derramado en su corazón por el
ESPÍRITU SANTO; hasta quedar configurada CRUZ DEL APOSTOLADO VIVIENTE.
                 Su vida en el ocultamiento y la sencillez, a imitación de María, es Teofanía
/ Trinitaria a favor de los hombres.
El secreto de María de la Concepción es simplemente, un corazón de mujer
entregado en donde el Padre y el Hijo se aman, y ahí la cruz de Jesús, QUIEREN DARSE Y
COMUNICARSE a los hombres, para ATRAERLOS a la Comunión en el AMOR personal de Dios
       en el Espíritu Santo.                                                                                                                                                                I
                     Jesús le dice: "Ofrécete como víctima en unión de la Víctima, por mi Iglesia amada".
Las virtudes esenciales de esta vida sacerdotal de la Espiritualidad de La Cruz son:
AMOR, PUREZA Y SACRIFICIO.
"JESÚS SALVADOR DE Los HOMBRES, SÁLVALOS... SÁLVALOS

Después de leer este anexo, trata de contestar las siguientes preguntas:

·        ¿Qué es lo que Dios le pide a Conchita Cabrera?
·        ¿Qué es lo que más te gusto de la vida de Conchita Cabrera?
·        ¿Cómo se manifiesta Jesús en su vida?
·Después del camino recorrido en este tiempo ¿Te has planteado tu vocación actual en servicio a la Iglesia? ¿Qué sucede en tu corazón cuando se habla de este tema?
• En tu comunidad en tu casa o dentro de tu matrimonio, en tu trabajo: «Buscan hablar
de la vocación, de modo tal que cada miembro pueda descubrir a qué está llamado por Dios?
¿Hablan con libertad del tema?

Leer la lectura de 1 Co 12, 12-31

                                       Reflexión:
- Como el dedo se une y nace de la mano, toda vocación nace de Dios, Padre de todo
                               Carisma,       y no tiene sentido sin la unión con Él.
- Como el dedo moviéndose muestra la vitalidad de la mano, toda vocación que "va cargada"
de Dios, es signo de su amor.
- Como con el dedo te indican la dirección correcta, toda vocación es vía de realización
personal, es camino dé santidad, lleva a... Dios
- Como la mano obra a través de y sirviéndose de los dedos, Dios actúa a través y sirviéndose de toda vocación.
- Como los dedos se ayudan y enriquecen mutuamente, todas las vocaciones hacen fuerte
la mano y la hacen más capaz de servir.
- Como cada dedo está no para servirse a sí mismo sino para ayudar a los demás, toda
vocación está para servir a los de más y servir a Dios.
- Como el dedo señala, toda vocación debe señalar a Dios y ser signo claro de su amor.
-Cada "dedo" presenta sus peculiaridades. Entre todos componen la mano. Cada
vocación subraya rasgos característicos de Jesucristo.
- Cristo fue la "mano visible" de Dios. Se trata, entre todos, de mostrar hoy a Cristo, y un
Cristo vivo y dador de vida.

El cristiano fermento en el mundo
Cuando mezclamos la levadura en la masa, la levadura ya no se ve, pero ha hecho fermentar a
la masa de harina. La Iglesia está en el mundo y es germen del mundo nuevo. Parece que no
se nota su presencia, pero puede, gracias al Espíritu Santo, fermentar el mundo.
é Córno? Sólo hay un camino. Lo intuimos por nuestra experiencia y lo afirma la Palabra de
Dios: Si vivimos en comunión como miembros de la Iglesia el fermento será eficaz, si no, el
mundo no nos creerá:
"La señal por la que conocerán todos que son discípulos míos, será que se aman unos a
otros". (Juan
13, 35).
¿Qué intuimos desde nuestra experiencia?
Que esto es así. Que ningún grupo es capaz de hacer algo si no vive en comunión. La misión
de la Iglesia es continuar la de Jesús. Con más razón necesita comunión.

Pero también intuimos que alguien tiene que servir a la comunión. Alguien que sea el centro
de comunión. Alguien que se desviva para limar asperezas. Alguien que se dedique totalmente
a lograr, con la colaboración de todos, un grupo en comunión.
- Jesucristo llamó a los Apóstoles para una misión específica:
"A doce los escogió para estar con Él, para enviarlos a predicar" (M c. 3,14)
Alguien en la Iglesia tiene Que consagrarse a estar en comunión con Jesucristo y poder ser el
centro de comunión entre los cristianos de una comunidad. Sólo desde esa comunión
con Jesucristo y entre todos se puede ser fermento ..
El sacerdote es el fermento de comunión. Tiene una misión específica como la levadura.
Cuando no hay sacerdote la Iglesia no se extiende, como ocurre con la harina, sin levadura: no
fermenta ni se esponja, ni crece. Los religiosos son signo de esta comunión. El laico construye
la comunión en el mundo.
Para que la Iglesia sea fermento en el mundo, se necesitan sacerdotes fermento para la
comunión, religiosos signos vivos de esta comunión y laicos para la evangelización de esta
comunión en todos los ambientes del mundo.
Aquí y ahora.